Los brillantes camiones amarillos de los años cuarenta, con los que la marca Coca-Cola comenzó su marcha triunfal en Argentina hace más de 75 años, son testigos de una larga tradición. Cuidadosamente mantenidos y pulidos, se ubican en la nave de Reginald Lee, uno de los pocos socios independientes del sistema Coca-Cola en América del Sur. En agosto de 1942, las primeras botellas de Coca-Cola, conocidas hasta ese momento solo en las películas de Hollywood, fueron llevadas a Argentina en cuatro de esos camiones y 15 triciclos pintados de amarillo. Solo pocos meses después se fundó la empresa como pionero en todo el país para el comercio con Coca-Cola. En 1958, Reginald Lee se convirtió en la primera compañía en Argentina en obtener una licencia para elaborar productos del fabricante estadounidense de bebidas. En Ranelagh, en las afueras de la capital, se está construyendo una planta embotelladora que crece tan rápido como el área a que abastece Reginald Lee: Establecido inicialmente en el sur de Buenos Aires, la compañía ahora atiende a más de 4,6 millones de personas en un área de alrededor de 100.000 kilómetros cuadrados, distribuyendo sus productos a 27.000 clientes, en su mayoría supermercados y minoristas. Por lo tanto, Reginald Lee, después de la ciudad de México y de San Pablo, atiende a la tercera mayor región metropolitana de América Latina, con una participación de mercado de un 50%.
Verdadera empresa familiar
En Ranelagh están seguros de sí mismos. “Estamos orgullosos de ser una verdadera empresa familiar”, explica el jefe de producción Orlando Diz. “El hecho de que los propietarios estén en la planta y participen activamente todos los días de la semana tiene un impacto positivo en nuestra cultura empresarial”. Actualmente, el jefe de casi 800 empleados es David Lee, nieto del fundador de la empresa. También es presidente de AFAC, la Asociación de Fabricantes Argentinos de Coca-Cola, que también incluye a las otras embotelladoras en Argentina, como Coca-Cola FEMSA, Arca Continental y Andina. Su palabra tiene peso en la sede corporativa en Atlanta.
Sin embargo, para el proveedor de sistemas KHS con sede en Dortmund, Reginald Lee no es solo un cliente especial por ese motivo: “Durante más de diez años hemos estado estrechamente relacionados con la compañía”, dice Jorge Oleskow, gerente de ventas de área de KHS Argentina. “Después de vender y poner en marcha la primera máquina de moldeo por estirado-soplado, Reginald Lee ha convertido gradualmente todas sus líneas de PET a la tecnología KHS, algo inédito en toda América Latina. Así que naturalmente esto es una gran referencia para nosotros”.
Aspecto positivo: servicio local
Pero no solo en términos de tecnología la relación entre los socios es muy buena: El cliente está altamente satisfecho con el servicio. “Con KHS Argentina tenemos a nuestro lado una persona de contacto local y eficiente”, enfatiza el gerente de la planta Juan José Basso. “Por supuesto, esta es una ventaja real sobre los competidores que tienen poca presencia en el terreno. Sobre esta base, a lo largo de la extensa relación entre nuestras dos empresas, hemos establecido un escenario de servicio postventa que funciona sin dificultades, tanto en términos de suministro de piezas de repuesto como de mantenimiento, que se realiza de forma remota accediendo a nuestro controlador lógico programable (PLC)”. Reginald Lee tiene actualmente cuatro líneas KHS completas que procesan productos de bebidas carbonatadas y de llenado en caliente en botellas PET no retornables. Una de las inversiones más recientes es la línea de llenado en caliente, con una capacidad de hasta 26.400 botellas por hora. Para la línea con sala de jarabe anexa, se construyó una nueva nave en el terreno de la empresa. Incluyendo toda la construcción y la infraestructura, la inversión fue de 16,5 millones de USD. “El factor decisivo para decidirse por KHS fue especialmente el alto grado de automatización de la línea, el control simple y la coordinación perfecta entre máquinas y transportadores”, explica el gerente de operaciones Orlando Diz. “Esto hace que la línea sea muy confiable y reduzca considerablemente el esfuerzo operativo”.
El mayor desafío en este proyecto fue la sincronización entre los trabajos de construcción y la instalación de los equipos. Se agregó complejidad adicional al proceso al incluir diferentes formatos que debían procesarse en la línea de producción. “La flexibilidad del equipo tuvo prioridad dada la enorme variedad de productos que producimos”, explica el gerente de operaciones en vista del amplio surtido de marcas, que van desde Coca-Cola, Fanta y Sprite hasta Schweppes, Aquarius y Powerade. “Igualmente importante para nosotros era el menor consumo posible de energía”.
Optimización sostenible del proceso
Un aspecto importante de la visión empresarial de Reginald Lee es el tema sostenibilidad, como acentúa Diz. El embotellador persigue de forma consecuente su objetivo de optimizar sus procesos para maximizar la eficiencia, la productividad y la compatibilidad ecológica. Se prestó especial atención al consumo de agua y energía, dos dimensiones en las que se pueden lograr ahorros significativos gracias a la tecnología innovadora.
Él está aún más satisfecho de que la línea KHS cumpla con sus altos requerimientos y, al mismo tiempo, reduzca el coste total de propiedad. “En KHS nos sentimos bien comprendidos y estimulados, incluso más allá de lo que atañe al alto nivel tecnológico”, dice Diz. “Esa es la ventaja de una buena relación a largo plazo”.
Si bien no es fácil para Diz hacer predicciones dada la tensa situación económica actual de Argentina y el mercado extremadamente volátil, uno de sus próximos proyectos es el ahorro de peso y material en botellas PET de llenado en caliente, un desafío que pronto dominará en conjunto con el equipo de KHS ... y una manera de lograr aún más sostenibilidad en su negocio.
KHS ARGENTINA:
La oficina argentina de KHS con sede en Buenos Aires, dirigida por Jorge Oleskow y Jorge Bosch, igual que todas las restantes representaciones en Sud américa, están organizativamente afiliadas a KHS Brasil. Fue fundada en agosto de 1999 y actualmente cuenta con 14 empleados, 10 de los cuales en el área de servicio. KHS Argentina presta asistencia a los embotelladores de cerveza y de refrescos, desde la pequeña cervecería artesanal hasta las empresas familiares y las cuentas clave. Las actividades se concentran principalmente en el segmento de envases de las botellas PET.