Estas incrustaciones pueden provocar la obstrucción total de las tuberías y, en consecuencia, costosos daños, e incluso la rotura de la tubería. Y cuanto más avanzada está una incrustación, más difícil es eliminarla. De este modo, los daños están inevitablemente programados de antemano. Por eso es importante revisar periódicamente las tuberías y, si es necesario, sustituirlas antes de que sea demasiado tarde.
Las incrustaciones son depósitos que se forman en el interior de las tuberías de agua. Los sistemas de tuberías metálicas se ven especialmente afectados, ya que son más susceptibles a los depósitos debido a sus propiedades superficiales. Estas incrustaciones pueden pasar desapercibidas durante mucho tiempo y provocar la rotura de tuberías o fugas debido al aumento de la presión en el sistema de tuberías. En el peor de los casos, estos daños pueden provocar paradas completas de la producción en plantas industriales y paralizar las operaciones en hoteles, hospitales u otros grandes edificios.
¿Cómo se producen las incrustaciones en las tuberías de agua?
La formación de incrustaciones es compleja y depende de varios factores. La causa más común de las incrustaciones son minerales como el magnesio y el calcio presentes en el agua. La dureza del agua depende de la región y varía en función de la presencia de roca caliza, dolomita o yeso. Mientras el depósito siga siendo fino, como una capa de cal en la pared de la tubería, no hay peligro. Sin embargo, si la incrustación en la tubería aumenta de forma inadvertida durante mucho tiempo, pueden producirse costosos daños consecuentes.
Si se produce una caída constante de presión en los sistemas o en los consumidores, la incrustación puede ser la causa. Los depósitos de cal en los puntos de toma también pueden ser un indicio de que las tuberías están calcificadas.
¿Por qué las tuberías de plástico apenas se ven afectadas por las incrustaciones?
Debido a su superficie lisa y a su resistencia química, las tuberías de plástico son poco susceptibles a los depósitos o incrustaciones en comparación con las tuberías metálicas. La superficie lisa minimiza la adherencia de partículas y evita así que se formen depósitos en las tuberías. Además, los plásticos no se incrustan porque no son conductores de la electricidad y, por tanto, los iones o partículas disueltos en el agua no se adhieren a la pared de la tubería.
Otra ventaja de las tuberías de plástico es su resistencia a la corrosión. En cambio, en los sistemas metálicos pueden producirse daños por corrosión en relación con los depósitos. Las tuberías de plástico también son más resistentes a las sustancias químicas, que pueden utilizarse, por ejemplo, para la limpieza higiénica de tuberías, sin atacar la pared de la tubería.
Un ejemplo práctico
Las incrustaciones y la formación de lodos habían hecho mella en las tuberías de acero de una empresa industrial. Se había formado una costra de cristales en el interior, lo que provocó que el diámetro interior de las tuberías creciera lentamente demasiado debido a la corrosión. El diámetro interior de las tuberías de acero DN 100 se había reducido casi a la mitad. Las tuberías se sustituyeron por productos aquatherm. Gracias al plástico polipropileno, éstos son resistentes a la corrosión y a las incrustaciones.
Bajo el nombre de fusiolen®, aquatherm desarrolla y produce materiales innovadores de polipropileno. Estos se caracterizan, entre otras cosas, por su especial estabilidad al calor y a la extracción. Las propiedades físicas y químicas se adaptan a los requisitos especiales de cada campo de aplicación. Gracias a las buenas propiedades de soldadura, la tubería y el accesorio se funden en una unidad homogénea y unida materialmente.